Tumbada en la arena cerca de mi hermana, me preguntaba si me sentía feliz de no estar muerta. Miraba a Hugo como si fuera una ecuación matemática: sin él, yo no existiría. Me gustaría no existir? 'No habría estado aquí para saber si me gustaba o no', me dije con lógica. Sí, me sentía feliz de no estar muerta, de saber que eso me gustaba.
Junto a mí, la hermosa Juliette. Sobre mi, las magníficas nubes. Delante de mí, el admirable mar. Detrás de mí, la infinita playa. El mundo era hermoso: merecía la pena vivir.
Texto de Xxxxxx Xxxxxxx